justino MARinho
JOSÉ MOREA
UN PESCADOR DE SUTILEZAS

Conocí el trabajo de José Morea a comienzos del 2000, cuando estuvo en Bahía pintando la obra que posteriormente expondría con éxito, en el Museo de Arte Moderno de nuestra ciudad.

Fue una grata sorpresa tomar contacto con una obra tan expresiva y construida de una forma tan desnuda.
Me impresionó la manera libre con la que el artista abordó lo cotidiano de la ciudad de Salvador, observando todos aquellos detalles esparcidos por sus callejones, calles y especialmente por las personas que muchas veces, a mi forma de ver, no despertaban la posibilidad de proporcionar tan gran poder de plasticidad.

La visión de Morea sobre lo que pinta es extremamente personal. Realiza un diario de imágenes donde registra todo lo que llama la atención de su refinada sensibilidad. Lo que muchas veces pasa desapercibido a los habitantes de una ciudad puede ser una motivación importante para alguien que llega de fuera y tiene un feeling hacia cosas insospechadas.

Por aquí ya pasaron grandes artistas venidos de muchos países desde la época de la colonización. Grandes pintores, grandes dibujantes, grandes grabadores, pero nunca, ninguno de ellos usó tal desnudez y libertad.
Su abordaje sobre el lado místico de la ciudad intriga, porque él, además de lo visual fuerte y libre de la llamada alegórica, consigue captar el espíritu de la imagen. En Bahía no buscó una simple extensión de otro continente, intentó sacar provecho de la miscegenación, de la mezcla de colores, de creencias y de representaciones.

Las imágenes surgen irónicas, sensuales y osadas, pero sin necesidad de excesos. Se muestran sintéticas, eliminando lo superfluo y lo inexpresivo. Apenas fijan los elementos que el artista considera expresivos y definidores.
Acostumbrado a ver obras de grandes maestros y de andar por el mundo observando culturas diferentes, Morea ciertamente conoce la posibilidad de dar con la dosis exacta de razón y emoción. Aprendió a tratar las diferencias y a sacar tanto provecho como sea posible de esas sutilezas. La emoción es primer plano pero la razón es importante para domar el trabajo.

Además de las obras expuestas en Bahía, vi en catálogos y libros mucho de lo que José Morea consiguió durante su carrera. Vi pinturas y dibujos realizados en varias partes del mundo. Es increíble observar cómo los registros hechos en cada una de esas partes entran en su obra sin quebrar la unidad, apenas marcando sus peculiaridades y el clima de vida de cada lugar. Las creencias, los misterios y el paisaje humano se registran dependiendo de la sintonía del artista con el lugar.

Bahía, con su exceso de miscegenación y sucesos inusitados, debe de haber sido una excelente escuela para un artista con los intereses expresivos de Morea. Por aquí, el exceso es habitual, tal vez por la influencia de la llegada de un estilo barroco tardío y aún arraigado en el gusto de sus habitantes, por el clima tropical o por la naturaleza expansiva de su pueblo.
Con la visión que tuve del trabajo de José Morea sobre Bahía, pude entender aún mejor las palabras dichas por un europeo muy viajado y amigo de mi padre hace 40 años.

Llevé al hombre a conocer la ciudad y después de un largo paseo, me dijo: “Bahía tiene lo que es imposible ver en cualquier otra parte del mundo. Confieso que en aquella época no pude entender todo el significado de aquellas palabras, pero hoy, con muchos años de militancia en el mundo de las artes, conociendo otras partes del mundo y viviendo siempre aquí, puedo entender mucho mejor lo que quiso decir Morea, quien captó exactamente esas cosas que no están solamente en el paisaje sino también en los gestos, en las costumbres y en las miradas.
Es sabio el uso que el artista hace de los materiales empleados en la construcción de su obra, especialmente el aprovechamiento de las texturas, muchas veces ya impresa en los tejidos o en otros materiales usados como soporte.

Morea no asume compromisos definitivos con la figuración ni con los discursos establecidos previamente como forma de soporte de la imagen. Su trabajo establece un diálogo con el público desde el primer encuentro. La manera como registra sus imágenes ya remite al espectador a la reflexión, no permitiendo sólo el mero acto de contemplación. Forma y contenido se encuentran en plena armonía.

El hecho de trabajar, en primer plano, con el sentimiento, permite a Morea tener un enorme poder transfigurador. Usa la deformación para intervenir en la imagen de la realidad. La imagen en su verdad visual no es suficiente para las necesidades de expresión del artista. Es como si buscase adaptar la imagen de las realidades exteriores a la imagen de sus realidades interiores. Entonces modifica, altera, deforma, para expresar mejor sus impulsos interiores. La deformación que practica es la intervención del sentimiento en la imagen de la realidad.

Está claro que la libertad técnica y las deformaciones aplicadas por José Morea en su obra son válidas, por ser un artista sincero y realmente dotado de poder de expresión.
Salvador, 19 de Febrero de 2012
Autorretrato egipcio y toro 100x70cm Autorretrato con gorra (1) 100×70 Autorretrato con gorra (2) 100×70 El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u El juego de las sombras (Políp.) 100x70cm c/u Última cena (el cuerpo de Cristo) 200x140cm Naturaleza muerta con cáliz (two twit towers) 138x188cm Clausus en la cadeia 138x100cm Obsexa curiosa… 130x100cm Gran cruz con murciélagos y urubús 210x160cm Mesa bodegón de Santa Ágata 100x140cm Pensando en la botella 100x150cm Pareja africana bajo el volcán 127x127cm Retrato de pintor con paella de Camarao 135x135cm familia con desayuno a EckoutBodegón rojo 135x200cm Gran sacrificio bahiano 135x164cm Bodegón de primavera con botella 135x164cm Familia con desayuno a Eckhout (La puerta del amor) 164x136cm Marioneta urubú 136x164cm Sombra chinesca en la Chácara chic 150x130cm Anamusa quemada con tres brazos 138x94cm Anabífida camuflada 90x134cm Cancerbero en tránsito 135x164cm Desayuno pataxó (canibalbrekfast) Bodegón elegante